sábado, 2 de abril de 2016

# drama # España

CRÍTICA ALTAMIRA (2016)

LAS ALTAS MIRAS DE ALTAMIRA NO LLEGAN A LA ALTURA 
Por Lucía Pérez García  

Altamira me ha traído varios recuerdos. 

 -Recuerdo nº 1: el primer día de clase en la facultad de historia. La asignatura: Arte Antiguo Español. El tema: la pintura rupestre. La cornisa franco cantábrica. Y por supuesto, Altamira y sus bisontes. Una de esas horas que no quieres que acaben nunca. Los trazos siguiendo los relieves, contornos y grietas de la roca; los colores, los volúmenes, la forma de representación, los posibles significados… no llegué a soñar con estampidas de bisontes. Eso es una exageración, señor Hudson. Con una vez sobra. 


 -Recuerdo nº 2: uno de mis primeros manuales de cine: Historia del Cine de Roman Gubern. En la introducción hablaba de los bisontes de Altamira. La consecución del movimiento adelantada unos cuantos de siglos en la historia del arte. Cuando escuché la primera frase de la niña, María, en la película, pude reafirmar aquellas impresiones. 

 -Recuerdo nº 3: el día que entré en la Cueva de la Pileta (Ronda). La sensación de calor y humedad. La emoción de descubrir un pequeño trazo con la luz tenue de la lamparita. El espíritu de Indiana Jones saliendo en forma de chiribitas por mis ojos. Lo mismo sentí, pero al aire libre, cuando visité el yacimiento de Atapuerca. Es entonces cuando comprendes la fascinación de aquel hombre y aquella niña por lo que habían descubierto. Sus ganas de volver a la cueva. De contemplar las pinturas como si fuera la mayor creación del mundo.  



-Recuerdo nº 4: las clases de Conservación y restauración del patrimonio artístico. “Así estas falseando la realidad”, le dice María al pintor Paul Ratier al ver que había cambiado la expresión de Eva en el fresco que estaba restaurando. Tan adelantada como esos hombres que pintaron los bisontes, la niña ya intuía las futuras leyes. En pleno siglo XXI, aquello ya no está permitido. A no ser que seas la señora del Ecce Homo de Borja. Volvemos a las ideas del XIX… Por otra parte, esta película es uno de los mejores medios de difusión que va a tener la cueva. Una idea genial para promover de respeto hacia el patrimonio histórico y artístico. Una prueba maravillosa del interés de una familia por conservar la memoria.

-Recuerdo nº 5: llevar la ropa y las manos siempre llenas de pintura. Me habría encantado ser ese pintor que pudo inmortalizar por primera vez los bisontes. El cómo buscaba los colores en la naturaleza y experimentaba con técnicas para acercarse al original. Una actitud científica que queda eclipsada por la de Sautuola. Que queda a su vez difuminada en la visita final de Conchita a la cueva. Ni por un momento se detiene a pensar en la hipótesis que lanza su mujer. Señores, los hombres del Paleolítico tenían las manos pequeñajas… 

-Recuerdo nº 6: mi anécdota increíble, en pleno siglo XX, con el capítulo de Darwin de Érase una vez los inventores. El guionista acierta con el equilibro al no culpar más a una institución que a otra, pero no con el equilibro entre polémica y descubrimiento. Al final, ni llega a profundizar en aquello, ni muestra con emoción de encontrar las pinturas. La cueva cede el protagonismo a la polémica. Y la polémica no alcanza el nivel. 


-Recuerdo nº 7: Two Friends de Louis Garrel. La actriz que da vida a Conchita, Golshifteh Farahani, no acaba de convencerme. No lo hizo en aquella ocasión ni lo hace ahora. Mucho menos como pianista. 

-Recuerdo nº 8: cuando Antonio Banderas se hacía minúsculo al lado de Tom Hanks en Philadelphia (Jonathan Demme, 1993). Como hemos cambiado desde entonces. Y para bien, para muy bien.  


-Recuerdo nº 9: Carros de Fuego. ¿Cómo un director que debutó con tal maravilla nos sale con esto? Los primeros planos en las conversaciones y discusiones del matrimonio protagonista son exagerados. La sensación cuando ves a Antonio Banderas es la misma que cuando de pequeño un pariente mayor barbudo viene a darte un beso. Pica y desagrada tantísima cercanía. Las ya comentadas estampidas de pesadilla. La música, sin interés ni aportación alguna. Un punto positivo por esos planos casi documentales de la cueva ¿Por qué tan pocos?  

-Recuerdo nº 10: mis palabras al salir del cine: No es buena. Tampoco es un despropósito. No aburre en ningún momento. Se lleva de forma agradable. La relación del padre con la niña y la poca verguenza (y parecido con Heidi) de esta son conmovedoras. La idea es genial pero… se queda con un aprobado casi justo. 

Valoración: 5.5 / 10 ALTAMIRA (2016) 
Director: Hugh Hudson 
Reparto: Antonio Banderas, Rupert Everett, Golshifteh Farahani, Pierre Niney, Nicholas Farrell, Henry Goodman, Irene Escolar, Clément Sibony, Tristán Ulloa Género: Drama, biopic, arte, historia 
Duración: 97 min. 

 

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